En los primeros días del agencia de marketing de influencers -mucho antes de que la industria tuviera siquiera un nombre- mis cofundadores y yo reconocimos una oportunidad: Las marcas querían que los blogueros hablaran de sus productos, pero no tenían ni idea de cómo hacerlo. Nosotros lo hicimos.
Por supuesto, en la práctica era más complicado. Para desentrañar el poder de esta nueva forma de marketing, tuvimos que cuestionar el propio futuro de la publicidad. Fue un movimiento arriesgado, pero creímos que merecía la pena porque vimos una necesidad en un mercado emergente que sólo nuestra experiencia podía cubrir.
Explorar si seguir o no una idea de negocio es emocionante y confuso, y a menudo termina con la búsqueda de validación. Cuando nos ocurrió esto, volvimos a tres conceptos básicos que nos ayudaron a recuperar la energía y mantener el rumbo.
La gente se dirigía a nosotros con preguntas sobre cómo trabajar con los blogueros, y al principio nos alegrábamos de conocer las respuestas. Pero después de que nos hicieran las mismas preguntas una y otra vez, nos dimos cuenta de que nuestra experiencia tenía valor. Formalizamos nuestro proceso y nuestra interacción con los clientes y, efectivamente, la gente empezó a pagarnos. Si ya te llaman por tus conocimientos y proporcionas una visión que sólo tú posees, es el momento de poner en marcha tu idea de negocio para ganar dinero.
Lo estás haciendo de forma diferente. Estás marcando tendencia. Y, además, funciona.
En cualquier sector, especialmente en uno nuevo con mucho potencial de crecimiento, tendrás todo tipo de competidores. Suele haber mucha confusión en el mercado hasta que los clientes se informan sobre sus opciones y la oferta de retorno de la inversión. Pero si puedes establecerte con una solución distinta, y demostrar el valor a tu cliente, puedes convertirte en el líder de la industria.
Es realmente importante para ti y para tus socios comerciales
Lo oirás una y otra vez: Empezar tu propio negocio es difícil. Para sobrevivir a los altibajos, tienes que amar tanto la puesta en marcha de tu idea que lo harías aunque no te pagaran. Porque durante gran parte del comienzo, no te pagarán. Y probablemente acabarás debiendo dinero.
No seas el tipo que lee sobre una tendencia del sector y dice: «esto parece una forma de hacerme rico», aunque no conozcas ni te interese el sector. He aquí una buena prueba: Si no conoces -y te refieres a los titanes de la industria por su nombre de pila, y quieres que ellos conozcan y respeten tu nombre de pila, tú (y tu idea de negocio) no tenéis corazón para sobrevivir.
Tu equipo marca la diferencia
La lealtad genuina al objetivo y el entusiasmo inquebrantable deben reflejarse también en tus socios y empleados. Afrontar la incertidumbre y los retos de crear (y mantener) una empresa con un sólido sistema de apoyo es un elemento crucial para alcanzar el éxito. La confianza compartida en tu misión te permite pedir ayuda, aceptar la colaboración y reafirmar por qué vale la pena perseguir tu objetivo.